Los veganos hacemos más daño a los animales con lo que sale de nuestro estomago que con lo que no dejamos que entre: sobre cómo hablar de liberación animal
Psicología
del consumidor: Cómo llegar a la gente?
Es importante entender la
psicología de comer animales para hacer un activismo eficaz. Pero, ante todo
para todo acto de carácter informativo es esencial plantearse cuál es el
objetivo: si lo que se pretende es hacer sentir una mierda a los consumidores
para enaltecer el ego de los activistas desde su suerte de falsa superioridad
moral; pues bien, pero así solo se afecta a los animales que en este preciso
momento están siendo torturados, y asesinados. Además de generar un rechazo
sistémico, y a priori a la filosofía
del veganismo. Por otro lado, si nuestra lucha es sincera nos plantearemos que el objetivo es lograr que las personas se
atrevan a cuestionar sus hábitos alimenticios, y que investiguen más sobre
el tema. En ese sentido, la forma en la
que se lleva el mensaje es esencial, el cómo, el qué, y el cuándo. Antes de
responder a esas preguntas, es importante entender la psicología, o los
procesos de pensamiento que subyacen al consumo de animales. Melanie Joy,
psicóloga social explica muy bien este tema: https://www.youtube.com/watch?v=c0xA1mJ0iBg
En suma, el carnismo es un sistema violento e invisible, que se introyecta en los niños a través de diferentes instituciones como
la educación, los mass media,
relación con los pares, discurso hegemónico nutricional y médico, produciendo
así un efecto de desensibilización sistemática: nos enseñan a no sentir. Producen, un distanciamiento emocional muy
marcado entre lo que la cultura entiende como animales de consumo, y de
compañía, haciendo legitimo el amar a los perros, comerse a los cerdos, y
vestirse con las vacas. Es importante
para el activista entender el carácter cultural del carnismo, y no
escencialista. Es decir, no es parte de la esencia de los animales humanos
ser unos mierdas con los demás animales, sino que es aprendido culturalmente.
En ese análisis, hay dos presupuestos importantes:
*El humano es inherentemente
compasivo, empático y no violento.
*La responsabilidad no cae sobre el
individuo, sino sobre la cultura.
La primera premisa es
fundamental a la hora de atrevernos a pensar un mundo distinto. Las premisas
del capitalismo a propósito del comportamiento humano son que: el hombre es el
lobo del hombre, es decir egoísta, y competitivo. Al contrario, nosotros/as
asumimos lógicas naturales, y adaptativas: somos cooperativistas, empáticos y
compasivos con los demás, esto por meros fines evolutivos y de supervivencia: si nos aislamos morimos. A pesar de que
muchas veces cometamos el error de caer en la misantropía, y estar más cerca de
la premisa del capitalismo, es importante cuestionarnos esto en nuestro diario
relacionarnos con el otro. En ese sentido, cualquier acto informativo parte de
dicho presupuesto: creer en el humano, y por tanto tiene que ser abordado como
tal.
La segunda premisa, en
interconexión con la primera implica que en tanto entendemos que el carnismo es
un sistema invisible (no es visible,
es decir quien lo sufre no está al tanto que lo sufre) que se introyecta en nosotros a través del proceso de escolarización (es
culturalmente aprendido, no esencial del individuo), solo con la comprensión de
eso, dejaremos de juzgar y criticar al consumidor; y comenzaremos a voltear los
ojos sobre el verdadero enemigo, el capitalismo y sus representantes: las
corporaciones.
Dicho eso, ahora se
abordará el cómo, el qué y el cuándo. Es importante entender, la naturaleza de
la mente, ella detesta los conflictos intrapsiquicos que se traducen en
disonancias cognitivas (conflictos entre las actitudes y comportamientos
respecto de los valores). Es decir, rehuimos
contantemente del sentirnos incoherentes. Entonces, en los actos
informativos lo que sucede básicamente es que si alguien externo a mí (un
otro), se acerca y me muestra un video que lo que dice es que: mis actitudes y
comportamientos (consumo de animales=asesinato, violencia) –tres veces al día-
están en total contraposición a mi sistema de valores (amor, compasión, no
violencia) voy a alzar para la protección de mi psique: mecanismos de defensa, tales como la negación, la racionalización,
el chiste, etc. Es con esa comprensión, y herramientas que el activista
sabiamente tiene que saber llegar a las personas sin colocar barreras. La clave
está en que el consumidor se cuestione el mensaje, y el centro del debate
radique en la información, y NO en que este otro me está atacando, juzgando, y
señalando mis incoherencias.
La mejor manera tomando en cuenta la naturaleza de la
mente, y la psicología del consumo de animales es:
·
Cómo: La idea principal es no separarnos
del otro, no poner barreras
(principalmente a través de los –ismos). Sencillamente, porque si un otro
(distinto a mi) pretende desplazar su yo hacia mí, me sentiré invadido. O entiéndase
de otra manera, toda forma de imposición supone autoridad y colonización.
Entonces, sin juzgar y sin criticar
al individuo en tanto consumidor, sino hacer alusión al sistema, y las
corporaciones como las directas participes de la violencia hacia los animales,
y la Tierra. Adicionalmente, mediante el uso del lenguaje no tiene que haber un
nosotros (veganos) y ellos (consumidores de animales), sino siempre lenguaje inclusivo. En general, el
objetivo es hablar sobre el acto de
comer animales como éticamente incorrecto señalando todo el proceso cultural
mediado por las corporaciones, y no
hablar sobre la persona que come animales como éticamente incorrecto. Hay
una diferencia abismal en términos psicológicos entre desaprobar el acto, que desaprobar
a quien comete el acto (la persona). La idea es poner de lado nuestro al consumidor (sin que se sienta atacado), y
ponerlo en contra de las corporaciones (haciendo que se sienta estafado, y manipulado
por las mismas). Si lo hacemos mal, sucederá lo contrario, se pondrá del lado
de los explotadores para resolver su disonancia cognitiva, y si pretendía
comprar una hamburguesa simple, correrá a comprar dos hamburguesas dobles con
queso, y se reafirmará en el carnismo sin cabida posterior alguna a
cuestionamientos. Los animales habrán perdido.
·
Cuándo: Este tema es complicado por la
naturaleza del acto informativo que implica estar afuera de los lugares donde
el consumidor es participe de la violencia hacia los animales. Lo ideal, sería
poder abordar al consumidor en un lugar por fuera del consumo. En general, es
totalmente contraproducente, hablar de explotación y tortura animal en la mesa
en donde se está comiendo, justamente eso, explotación y tortura animal. De
nuevo, no queremos atacar a las personas, sino a las corporaciones. Sin
embargo, la clave en este caso esta en el Cómo se digan las cosas.
1.
Filosofía
ética: Qué se dirá?
El qué es muy importante.
Pero, antes de eso hay que aclarar que es muy importante también el dialogo
amoroso, y respetuoso que implica que las dos partes estén dispuestas a
cuestionar sus creencias. Esto es importante porque a veces nos tachan de
dogmáticos, y nos vinculan con las religiones, justamente por eso; porque a pesar,
de nosotros sí tener la verdad respecto
de que no es ético irrespetar los intereses de los animales en seguir viviendo,
tenemos que entender que las demás personas (al igual que nosotros en algún
momento, quizás nunca se cuestionaron eso o si lo hicieron tuvieron/tienen
muchas dudas, dudas muy válidas). En ese sentido, la práctica de la escucha
consciente y amorosa es importante. No
pretendemos imponer nuestra verdad, sino informar. Para que de esa manera,
las personas lleguen a su verdad a través de sus propios cuestionamientos, por
eso el acto es de carácter informativo y
no confrontativo. La mejor técnica para que las personas lleguen a su
verdad, es el dialogo socrático a través de la mayéutica que implica con
humildad asumir que: solo sé que nada se; y es el consumidor (interlocutor)
quien a través de mis preguntas llegará a su verdad. Por ejemplo, es distinto
decir: está mal asesinar animales para comerlos, a preguntar: Qué opina del
asesinato ?
Sobre el qué se dirá es importante
tener en cuenta estas consideraciones:
·
El tema central es la ética, indudablemente es irrebatible el hecho de que es correcto
matar. El medioambiente, la hambruna mundial, los problemas sociales, la salud,
atletas y famosos veganos solo son ejes articulatorios que sirven para
deconstruir las creencias que impiden que el debate se centre sobre la ética.
Por ejemplo, se aborda la salud para plantear que al margen de que si es o no
el consumo de carne perjudicial para la salud, la investigación dice que no es
necesario su consumo para estar sanos. En tanto hemos eliminado el hecho de que
ya no es necesario, el consumo de animales se vuelve una opción, y ahí el
debate vuelve a los terrenos de la ética.
·
Tener información empírica, y datos
precisos que legitimen nuestro discurso.
·
Llevar un orden articulado de ejes de
abordaje: ética, medioambiente, salud, hambruna mundial. Deconstrucción de
creencias: es normal, natural y necesario. Psicología del carnismo. Análisis
comparativo entre distintas formas de opresión: racismo, sexismo.
·
Saber manejar bien las dudas típicas de
las personas, y responderlas con respeto, a pesar de lo ridículas que sean
entender y recordar cómo funciona el carnismo en tanto sistema: las plantas
también sienten, los animales se comen unos a otros, etc
Aquí encontraran respuestas concretas a preguntas muy usuales:
http://yourveganfallacyis.com/es
·
Tomar en cuenta, que la mayoría de
personas que se detienen a conversar, ya están un tanto interesadas en el tema,
o se lo han planteado. Una pregunta muy común, que seguramente nos surgió a
todas, es: Y AHORA QUÉ COMO. Es de vital importancia, saber responder
adecuadamente esta inquietud. Mi investigación ha mostrado, que luego de una
charla informativa o la proyección de un documental, la mayoría de las personas
abandonan o reducen significativamente el consumo de animales, pero luego
regresan a sus hábitos usuales, por ese periodo crítico en la transición de no
saber qué comer ni en donde comer.
·
A pesar de que sabemos que nadie tiene
derecho a comer carne (asesinar), el pensamiento de todo o nada, es decir o
carnista (preferiblemente no usar esta palabra a la hora de hablar con el
consumidor) o vegano es dañino para la transición. Así que lo mejor, es hacer
énfasis en la indudable necesidad de disminuir el consumo de carne, y en lo
concreto por ejemplo no asistir a lugares como Mcdonalds, kfc. Y si están
listos pues dar el paso al veganismo.
·
Si nos hacen una pregunta, no dar vueltas,
sino ser concretos.
·
Finalmente, el discurso no pretende ser
automático, sino espontaneo y sincero. Lo que mejor ha resultado, es ponerse en
los pies del consumidor, y recordarnos antes de ser veganos. En ese sentido, quizás
sea mucha más efectivo, contar nuestra experiencia personal –testimonio- de
despertar de la consciencia, y la transición (siempre constante) a cada vez ser
más amorosos con los animales, y la Madre Tierra.
Indicadores
¿?
Aunque es difícil tener una medida a corto plazo de
nuestro impacto mediante cualquier acto informativo, la retroalimentación, de
ese momento in situ sería nuestra
mejor medida. Es decir, si la persona se cierra, y no da a espacio al diálogo
es preferible no perder tiempo, y continuar con otra persona. Al contrario, si
la conversación va bien, quizás sea buena idea, al final de la conversación
ofrecer más información, y preguntar si estaría dispuesto a reducir su consumo
de carne, o eventualmente a eliminar por completo los animales de su dieta.
Juan José Ponce,
ADLA