sábado, 21 de marzo de 2015

20 de Marzo: DIA MUNDIAL SIN CARNE

En el Bulevar de las Naciones Unidas en Quito se llevó a cabo el 'performance' Bandejas de Carne Humana. Foto: EL COMERCIO



Cada 33 minutos mueren alrededor de 6 millones de animales en el mundo, según la FAO, esto equivale a 3.000 animales por segundo, y esto sin contar los peces.

Vacas, pollos, cerdos, ovejas.... Todos tienen la capacidad de sentir alegría, dolor o angustia, de la misma manera que lo hace un ser humano, o de la misma manera que lo hace tu perro o gato.
Los sistemas de producción usan a estos inteligentes animales como simples "unidades productivas". Los han rebajado al nivel de cosas. Su vida está muy por debajo de la utilidad que puedan generar. Todos ellos son víctimas invisibles de toda una vida de abusos y explotación. Hacinados en jaulas, encerrados, inmovilizados, sometidos a manipulaciones y procedimientos muchas veces dolorosos, algunos de estos animales ni siquiera llegan a ver la luz del día sino solo cuando se los transporta al matadero.

Una de las torturas mas grandes para una madre es sin duda perder un hijo, sin embargo, para la industria de la leche éste no es un problema. Terneros de días de nacidos son arrancados de sus madres para que los seres humanos puedan consumir la leche que fuese diseñada para un bebé de vaca. Los recién nacidos son alimentados por un tiempo con sustitutos lácteos para que ganen un poco de peso y puedan ser vendidos, o en su defecto son enviados directamente al matadero para acabar con su vida. En otros países es común el consumo de la "carne de ternera", la cual consiste en provocar anemia en estos animales recién nacidos al alimentarlos con una dieta baja en hierro, y restringir sus movimientos para producirles una especie de distrofia muscular, la cual para los consumidores es apetecible, ya que esta carne anémica es mas suave y más pálida que la de res.

Las cerdas en unidades de producción son vistas como simples máquinas reproductoras. Pasan toda su vida encerradas en jaulas que restringen sus movimientos naturales. Es más, llegan a ser tan grandes en jaulas tan pequeñas que muchas veces el acostarse o levantarse llega a ser una tarea casi imposible. Cuando tienen a sus bebes, es común que algunos de ellos mueran aplastados por su madre, debido a que no pueden darse la vuelta para observar donde están. A Los cerditos que sobreviven, se les mutila los colmillos y la cola, supuestamente para que no se lastimen entre ellos, y son castrados sin anestesia, de una manera violenta, muchas veces por personal no capacitado para el trabajo.

Las gallinas ponedoras tienen una suerte parecida. Miles de estos animales son colocados en largas filas de jaulas de batería, donde tienen el espacio suficiente tan solo para acostarse y levantarse. Muchas sufren de enfermedades en sus patas debido a que el piso de las jaulas no está diseñado para su bienestar, sino para la facilidad con la que el empleado pueda limpiar de las mismas. Aquí pueden pasar hasta 2 años, antes de ser descartadas como un animal inservible.

Estos son unos pocos ejemplos de la triste, injusta e invisible realidad de la producción animal en el mundo. Estamos aquí el día de hoy porque creemos que esta realidad se puede cambiar.

El Día Mundial Sin Carne (Meat Out Day según su nombre original en inglés) es la campaña mas grande del mundo para educar y concienciar a las personas en las bondades de una dieta basada en vegetales, sin ningún ingrediente de origen animal. Este evento fue realizado por primera vez en 1985 por FARM (Farm Animal Reform Movement), y hasta la fecha ha tenido un crecimiento a nivel mundial donde miles de personas buscan difundir el mensaje de respeto a todas las especies. El objetivo principal es ayudar a las personas a involucrarse en una dieta libre de crueldad y sin violencia.

Diversas organizaciones de promoción de la salud, como la Sociedad Americana del Cáncer, el Instituto Nacional del Cáncer (EE.UU), la Universidad John Hopkins y la Asociación Americana del Corazón tienen sus propias campañas para promover el consumo de una dieta basada en vegetales. La Asociación Dietética Americana ha sido clara en declarar que una dieta basada en vegetales es nutricionalmente completa para todas las etapas de la vida humana.

Es por esto que nos solidarizamos con el sufrimiento de millones de animales que día a día son víctimas de esta cruel explotación. Nos solidarizamos con todas las personas que se mueren de hambre a nivel mundial, ya que si todo el grano producido fuera destinado a la alimentación humana y no a alimentar animales, no existiría hambruna. Nos solidarizamos también con el planeta, ya que la producción animal es la primera fuente de contaminación del aire, del agua y del suelo. Produciendo mas gases de efecto invernadero que el mismo parque automotor a nivel mundial.

Les invitamos a reflexionar acerca de esta realidad. Porque creemos que cada uno es capaz de hacer un cambio en favor de la comunidad, donde podamos incluir a todas las especies dentro de nuestro círculo de respeto. Porque creemos que un nuevo mundo es posible, y que somos nosotros y nosotras los llamados a construirlo día a día.


ADLA

INCIDENCIA EN MEDIOS



Link de la noticia:
http://www.elcomercio.com/tendencias/carne-humana-bandejas-dia-sincarne.html

3 de marzo DIA MUNDIAL DE LA FAUNA SILVESTRE


activistas animales 003 
En conmemoración al Día Mundial de la Fauna Silvestre, que se celebra el 3 de marzo de cada año, el grupo de Activistas por la Defensa y Liberación Animal (ADLA) se manifestaron en contra del tráfico de animales silvestres a las afueras del Ministerio de Ambiente en Quito. Con una presentación artística de body painting representaban una escena de animales silvestres presas del tráfico ilegal, con la intención de concienciar a los transeúntes acerca de esta problemática que actualmente cobra la vida de miles de animales alrededor del mundo.
activistas animales
 El objetivo de las y los activistas era llegar hasta la Ministra de Ambiente, Lorena Tapia, con una lista de peticiones, dentro de las cuales estaba la inclusión de la fauna no nativa dentro las regulaciones nacionales, la prohibición de animales en los circos a nivel nacional, la prohibición de la venta de fauna silvestre en pet shops, y sobre todo que se incrementen las campañas de concienciación en distintos medios de comunicación.
El tráfico de fauna silvestre se ubica segundo en la lista de comercios ilegales, sólo después del tráfico de armas, por ellos, es una necesidad urgente que la población sea parte del cambio para evitar que más especies sean víctimas de este negocio ilícito. El tráfico de especies silvestres es una de las actividades que propicia la extinción de animales y la destrucción de ecosistemas.
Incidencia en medios a nivel nacional:

Páginas amigas:  

Alimentos genéticamente modificados




            El presente ensayo abordara las controversias en torno a los alimentos genéticamente modificados. Primero, se hará una breve reseña comparativa sobre los argumentos a favor y en contra de los OGM. Segundo, se profundizara en las implicaciones de la ingeniería genética en alimentos para la salud del consumidor y el medio ambiente. Y finalmente, se cuestionara la necesidad de estos y el futuro de la agricultura.

            Para problematizar a los OGM es primordial primero definirlos. La Organización Mundial de la Salud los define como: “organismos en los cuales el material genético (ADN) ha sido alterado de un modo artificial (…). Esta permite transferir genes seleccionados individuales de un organismo a otro, también entre especies no relacionadas” (Citado en: Borge, 2012). Antes de hace una breve comparación sobre las ventajas y desventajas es importante contextualizar el tema, y señala que en 1996 Monsanto lanzo al mercado por primera vez este tipo de productos, a pesar de las pocas y no fiables investigaciones en cuanto a los riesgos de la salud del consumidor (Vrain, 2013). Por lo que hay que repensar a esta problemática, no solo como factores de salud y medioambiente, sino también económicos, políticos y sociales.

            Dicho eso, los supuestos beneficios que se plantean giran en torno a la solución de la hambruna dada la producción masiva, los costos van hacer mucho menores que un alimento orgánico (Borge, 2012). Los productos son resistentes a cierto tipo de enfermedades causadas por virus e insectos en las plantaciones (Borge, 2012). En este punto es preciso señala la opinión de Vrain (2013) ya que la idea de la producción agrícola intensiva y mágica que evita las malas hierbas, produce un ciclo autodestructivo en el que las malas hierbas y los virus se hacen resistentes por lo que la industria biotecnológica tiene que converger con la industria de los agro-químicos. Es decir, mientras más aumente la inmunidad los agricultores tendrán que comprar más insecticidas. Por otro lado, la maduración es más lenta lo que permite alargar su vida, y se aumenta el sabor y la calidad de los alimentos (Borge, 2012).





            Como se verá a continuación las desventajas superan a las supuestas ventajas. Vrain (2013) habla de: contaminación, polución genética, resistencia a los antibióticos, alérgenos, proteínas toxicas y deficiencia de nutrientes. Antes de profundizar brevemente algunas de las desventajas y con esto los riesgos a la salud del consumidor y el medio ambiente, es preciso rescatar que a partir de 1996 se encuentra una bifurcación en cuanto a la investigación científica. Por un lado, se tiene las investigaciones auspiciadas por las mismas industrias de ingeniería genética y por otro lado se tiene las investigaciones estatales, de organismos internacionales y de universidades (Vrain, 2013). Curiosamente con resultados distintos, los primeros arrojan datos en donde la salud del consumidor y los impactos al medio ambiente son mínimas y caen en una visión reduccionista de la ciencia: “piensan que la mejor forma de explicar las cosas es reduciéndolas a las unidades constituyentes más pequeñas” (Herbert, García, García, 2006, p. 2). Mientras que los segundo arrojan todas las desventajas mencionadas desde una perspectivas más holística y sensible al contexto (Herbert, García, García, 2006).
            Los principales riesgos para la salud del consumidor son las alergias ya que los genes codifican proteínas y algunas de estas pueden provocar alergias, además se su marcada dificultad para dar un examen certero de alergenicidad (Herbert, García, García, 2006).  Uno de los más grandes problemas  es la reacción severa del Shock Anafiláctico que se caracteriza por dolor intenso, problemas al respirar y puede llegar a causar la muerte (Herbert, García, García, 2006). Otro aspecto es la resistencia a los antibióticos en donde se ha demostrado que pueden haber fragmentos del ADN modificado que no se digieren y se alojan en la flora intestinal alterando el metabolismo y poniendo en riesgo la salud del consumidor (Herbert, García, García, 2006). Otro aspecto es el uso de virus en las modificaciones genéticas, primero los estudios al respecto no han profundizado ni arrogado resultados confiables por lo que fragmentos de virus pueden tener implicaciones para la salud (Herbert, García, García, 2006). Y finalmente, los efectos tóxicos que pueden ser severos e incluso letales, así como las deficiencias nutritivas, principalmente de fito-estrógenos (Herbert, García, García, 2006). Cabe mencionar que las poblaciones más vulnerables son afectadas: infantes, bebés, madres en periodo de lactancia debido a la ambigüedad de los resultados y los ya demostrados efectos negativos.
En cuanto a las implicaciones al medio ambiente ya se habló sobre el fenómeno de la polución genética a través de los suelos y las bacterias. En un efecto domino los alimentos transgénicos infectaran a los alimentos orgánicos causando incertidumbre para la seguridad del consumidor y afectado los nutrientes de los suelos (Vrain, 2013). Por otro lado, la resistencia de los insectos y las malas hierbas a los agro-químicos provoca que el agricultor utilice insecticidas mucho más fuertes que terminan acabando con los nutrientes de los suelos (Vrain, 2013).





            De todo lo expuesto, se concluye que la investigación científica al respecto sufre de dos maneras. Primero, no hay datos concluyente de los efectos ni acorto ni a largo plazo y segundo debido a la influencia de quienes auspician las investigaciones se tienen argumentos contrarios y ambiguos. Segundo, ya que los resultado son inciertos, y hasta el momento existen más desventajas que ventajas no es propicio apoyar a esta industria cuyos intereses económicos priman ante el bienestar del humano y del medio ambiente. Por lo que se concluye que la ingeniería genética en la agricultura no es el futuro.
Juan José Ponce, 2015


Para más información sobre las mentiras y los impactos en la salud de los consumidores, el medio ambiente y los animales de Monsanto visite: https://www.youtube.com/watch?v=B_VUfvTG-9M

Referencias:
Borge, M. (2012). La producción de alimentos genéticamente modificados: ¿Cuáles controversias rodean a este tipo de producción? Éxito Empresarial. No.202.
Herbert, M. R., García, J. E., & García, M. (2006). Alimentos transgénicos: incertidumbres y riesgos basados en evidencias. ACTA ACADÉMICA.
Vrain, T. (2013). The gene revolution, the future of agriculture. Ted.com. Recuperado desde: https://www.youtube.com/watch?v=RQkQXyiynYs
 




Economía ecológica y justicia ambiental en Latino América



 
La investigación girara en torno al marco conceptual de la economía ecológica. Por lo que primero, se realizara una breve reseña historia de la economía ambiental y con esto, el surgimiento de la economía ecológica. Segundo, un análisis comparativo entre economía ecológica y economía ambiental, y las implicaciones de las dos posturas. Tercero, se analizará la situación de los países latino-americanos y cómo estos han sabido responder a la problemática medio ambiental, corriente llamada el ecologismo de los pobres. Luego de haber realizado tal trabajo teórico se profundizara el tema de la justicia ambiental, en cuanto a las deudas del norte con el sur. Y posibles soluciones pragmáticas ante dichas deudas.
La economía ambiental tiene sus raíces en la escuela neo-clásica de pensamiento  económico, en ese sentido sus guías temáticas serán los postulados de la escuela en la que nace (Chang, 2005). Estos son: “el análisis sobre la escasez, y donde los bienes son valorados según su abundancia-rareza” (Chang, 2005, p. 175). En suma, la economía ambiental se encarga de realizar una valoración monetaria del medio ambiente y cuyo objetivo principal es la internalización de las externalidades negativas (Chang, 2005). Es importante acentuar que esta economía no propone retirar a la naturaleza del estrato económico a diferencia de ciertas nociones de la economía ecológica.
            Por otro lado, la economía ecológica prima el medio ambiente con base en los ciclos biogeoquímicos y el intercambio de energía (Chang, 2005). La economía ecológica no ve a la naturaleza como ciertas partes aisladas, mas bien entiende la interrelación de los ecosistemas y la bidireccionalidad con los sistemas sociales; sus fundamentos teóricos principales son: las leyes de la termodinámica y la ley de la entropía (Teruel, 2003).
            Una breve revisión de los cambios de paradigma sobre la naturaleza en relación a la economía muestra como Francis Bacon, mayor exponente del positivismo, pensaba que la naturaleza estaba a servicio del hombre, y por lo tanto debía ser dominada (Chang, 2005). Luego, los formuladores de la historia natural plantean que aunque el humano domine el orden natural, de todo modos, pertenece a él (Chang, 2005). Es decir, está sujeto a las leyes de la naturaleza. Es en ese punto de divergencia donde en la medida en la que la naturaleza le es útil al humano comienza a adquirir importancia y consideraciones vitales. Los fisiócratas encuentras también la importancia de la agricultura en la economía, creen en el poder de la tierra, por lo tanto postulan el inherente respeto que se debe tener a los ciclos y equilibrios naturales (Chang, 2005). Finalmente, la integración de una economía ambiental sucede cuando los economistas clásicos hablan sobre la inexorable realidad de un planeta finito, entre estos se tiene a: Malthus, Ricardo y Mill (Chang, 2005).
            Los fundadores y principales exponente de la economía ambiental son Pigou y Coase, los dos desde diferentes escuelas plantean la necesidad de internalizar las externalidades (Chang, 2005). Es decir, de alguna manera pagar los costes sociales y naturales de la explotación de la naturaleza, las llamadas externalidades negativas. Por un lado, Pigou desde un enfoque más intervencionista habla sobre el principio de deuda entre el contaminador y el pagador, por lo que propone que a través de licencias, impuestos y fiscalizaciones se regule y se tome en cuenta las externalidades negativas (Chang, 2005). Mientras que Coase, desde un enfoque liberal, cree en que las medidas del mercado se puede considerar los diferentes costes de las externalidades, la solución sería mediante derechos de propiedad realizar negociaciones entre las partes (Chang, 2005). Debido al mercado imperfecto, cuando existen ciertas fallas del mercado el enfoque de Coase permite una mínima intervención estatal. Es importante mencionar que de entre los dos enfoques, el enfoque de Coase, refuerza y legitima la contaminación, además de perpetuar la idea de que la naturaleza es un objeto del cual hay que sacar el mayor provecho.
            A partir de la revolución industrial en el siglo XIX se da un punto de quiebre en la cuestión ecológica, debido a que los avances técnico-científicos produjeron una extensión a nivel planetario de la problemática ambiental (Chang, 2005). En la época anterior a la revolución industrial el daño ambiental era local, y por lo tanto no tenía mayor consideración. En este contexto surge la economía ecológica. Los fundadores de la economía ecológica son autores en el campo de las ciencias sociales y naturales en el siglo XIX (Teruel, 2003). Entre los principales autores se tiene a Patrick Geddes con su crítica a la contabilidad económica, debido a la ineficiencia de la misma para tomar en cuenta la perdida de energía y materiales, además de no valorar la contaminación (Teruel, 2003). Frederick Soddy con su cuestionamiento a la idea de “crecimiento económico”; Jevons y su argumento sobre la incapacidad de carga del planeta por el crecimiento basado en la demanda del carbón (Teruel, 2003). Entre otros autores que destacan son: Sergei Podolinsky (1850-1891) estudio la conservación energética en relación a la actividad humana; René Passet (1979) en Principios de Bio-economía considera por analogía el proceso económico como proceso de distribución creadora (Teruel, 2003). Y finalmente, dentro de los más grandes autores de la economía ecológica se tiene a Nicholas Geroescu-Roegen, quien plantea un definitivo cambio de paradigma económico debido a las consideraciones sobre la ley de la entropía: el carácter irreversible de la degradación y déficit de la energía-materia, en suma los desechos; propone que la medida del valor económico es “el valor que la vida tiene para cada individuo portador de vida (Teruel, 2003, p.74).
            El análisis comparativo muestra que se entiende a la economía ambiental y a la economía ecológica, que a pesar de tener consideraciones por el medio ambiente, son antagónicas. Ya que la primera refuerza y acentúa a la naturaleza como un objeto de dominación y explotación por parte de un “homo-oeconomicus” y pretende asignar un valor objetivo (valor monetario) a los costes subjetivos de los perjudicados. Mientras que la economía ecológica propone replantearse y reconsiderar el valor intrínseco de la naturaleza, y quizás un cambio de paradigma en el que se saque a la naturaleza del estrato económico, como los veremos con la propuesta de Tim Jackson (2011); talvez hablar de decrecimiento para así reflejar nuestras verdaderas consideraciones morales hacia la naturaleza y a las futuras generaciones.
            En el plano de lo pragmático, como han sabido responder las comunidades, las ONG´s y los gobiernos ante la problemática ambiental y qué posturas han tomado ? Antes de responder, es preciso señalar lo que se entiende por conflictos ambientales y conflictos socio-ambientales. Se tiende a pensar en os conflictos ambientales como un tipo particular de conflicto social (Walter, 2009). Pero hay que tomar en cuentas las siguientes características: son procesos, no son estáticos y tienen un desarrollo temporal por lo que se entienden a estos conflictos en un ciclo con inicio, desarrollo y cierre dirigido por actores sociales que producen acciones que a su vez generan reacciones en otros actores (Walter, 2009). Ahora es preciso señalar la incidencia de los actores sociales, dado que hay una divergencia entre conflictos ambientales y conflictos socio-ambientales. Siendo los primeros, relacionados, específicamente a los daños de los recursos naturales cuyos actores de acciones son exógenos, usualmente organizaciones ambientalistas; mientras que los segundo son las reacciones de las comunidades directamente afectadas (Walter, 2009). Al segundo tipo de conflicto Alier (2008) lo llamará ecologismo de los pobres.
            Profundizando en las diferencias en torno a las respuestas de los pueblos a la problemática ambiental dentro de un marco de la ecología política y la economía ecológica es importante señalar una acentuada diferencia. Algunos autores proponen que esta nueva conciencia ambiental es resultado de un nuevo sistema de valores en la era post-industrial; mientras que otra línea sostiene que la defensa del medio-ambiente no es un lujo post material sino que surge desde las comunidades que no tienen sus necesidades cubiertas (Walter, 2009). La segunda postura, como ya se mencionó del ecologismo popular, tiene como premisa que en el Sur existe un gran movimiento ambientalista originada por el crecimiento económico que con lleva a la extracción de recursos, expansión de vertederos y riesgos de contaminación para quienes el ambiente es su sustento (Walter, 2009). Por lo que se comienza a hablar de una deuda ecológica por parte de los del Norte para con los del Sur. El economista ecológico Fander Falconí percibe la deuda de las sociedades del norte con los del sur como una cuestión de desigualdad en diferentes ámbitos: socio-ambientales y éticos [Entrevista personal].


Se entiende este conflicto, básicamente, como: conflictos ecológicos distributivos (Walter, 2009). Postulado de la economía ecológica que plantea que el creciente metabolismo de las sociedades del Norte  que consumen, por lo tanto, mucho más materiales, energía y agua impulsan un desplazamiento de contaminación muy marcada a la periferia (Walter, 2009). Hasta este punto parecería que los conflictos ambientales son, netamente, por la desigual distribución de recursos sin embargo se entiende esta dinámica mucho más amplia en donde hay cabida a choques de cosmovisiones ambientales y de vida. Por lo que se tiene a un creciente modelo económico capitalista en contra de otras cosmovisiones mucho más sustentables que no necesariamente creen en el crecimiento como sinónimo de prosperidad.
            La respuesta que se genera a partir del choque de cosmovisiones se entiende como: conflictos de contenido ambiental, en donde hay una fricción entre comunidades cuya relación con la naturaleza es amplia y armoniosa lo cual vuelve a esta relación sociedad/naturaleza una tradición (Walter, 2009). El conflicto surge cuando actores externos intentan romper esa relación.
Luego, de haber entendido porqué sucede la respuesta de las comunidades ante los conflictos ecológicos procederé a introducir los planteamientos teóricos de Joan Martínez Alier para entender de mejor manera estas respuestas y contemplar posibles soluciones.  La primera acotación importante de Alier (2008), es parecida a la distinción que se hizo, previamente, con la economía ambiental, dice que se entiende la problemática ambiental desde dos visiones, la economía ambiental de origen neo-clásico la ve como “fallos del mercado”, en ese sentido los precios están mal puestos y por eso no se toman en cuenta las externalidades; mientras que quienes se oponen a la intervención estatal, estos ven a las externalidades como “fallos del gobierno”, fracasos de los gobiernos para establecer normas ambientales o que no asignan derechos de propiedad. Pero como se puede ver, todos estos planteamientos giran en torno a una economía específica, en donde o el gobierno o el mercado contemplan a la naturaleza en valor monetario. En ese sentido, la propuesta teórica medular es poner atención al metabolismo de la sociedad: la economía recibe recursos, que contantemente los explota más allá de su capacidad, y produce residuos (Alier, 2008). El metabolismo social se entiende como: “un sistema abierto a la entrada cada vez mayor de energía y materiales, y a la salid de los residuos como son el dióxido de carbono y otras formas de contaminación” (Alier, 2007, p.150). De esto resultan dos aspectos, primero ya no son fallos del gobierno o del mercado sino es un carácter sistemático inevitable y segundo ya no es una economía circular cerrada sino que los perjudicados no solo son futuras generaciones y especies de animales no humanos, que no pueden protestar, sino son gente pobre, que protesta (Alier, 2008).
De estas protestas se tienen casos concretos en todo el mundo, pero nos limitaremos a América Latina, en toda la periferia se tiene resistencia popular e indígena que lucha en contra de las actividades extractivitas de las empresas multinacionales (Alier, 2007). Como el caso de: Sipakapa en Guatemala, Tambogrande en Perú, Esquel en la Argentina contra la minería de oro (Alier, 2007). Por otro lado, “En la Argentina y Bolivia hay comunidades que resisten contra las empresas petroleras como Repsol o tantas otras. Un famoso caso judicial enfrenta a comunidades indígenas y colonos de la Amazonia norte del Ecuador a la compañía Texaco desde 1993” (Alier, 2007, p.149). Entonces, se tiene que las contabilidades de estas empresas multi-nacionales no incluyen los pasivos ambientales, y sobre todo, como ya se mencionó previamente a propósito de asignar un valor monetario a las externalidades. Por ejemplo, quién decide cuánto debe Repsol-YPF por su pasivo socio-ambiental  al territorio de mapuche en Argentina o cuánto debe Dow Chemical, por los casos de esterilidad de trabajadores de plantanciones bananeras en Honduras, Costa Rica y Ecuador (Alier, 2007). 
 
Otro caso concreto, que cabe mencionar, son las miles de hectáreas plantadas de pino para capturar dióxido de carbono europeo, llamado proyecto FACE en los páramos del Ecuador, donde las comunidades protestan dado que no pueden comer los pinos, ni sembrar ni poner ganado, además que los pinos agotan el agua, y si hay un incendio el contrato les obliga a replantar (Alier, 2007). Entonces, como se ve todos los pasivos ambientales y sociales son invisibles para el modelo económico actual. Y sobre todo la manera en la que se mide el crecimiento económico es muy limitada, por ejemplo la economía creció un 3%, pero no se toma en cuenta como este crecimiento afecto contaminando bosques, ríos, salud de los niños (Alier, 2007). Es decir, la valoración de crecimiento económico no toma en cuenta aspectos ni sociales ni ecológicos.
Otro aspecto importante de la propuesta teórica de Alier (2007) son los diferentes lenguajes que se utilizan para entablar relaciones entre los deudores del Norte y los afectados del Sur, entonces se distinguen dos lenguajes: el primero es el lenguaje económico de costos-beneficios y el segundo es el lenguaje disponible en otras culturas. Lo que implica que, como ya se mencionó, asignar un valor monetario a no solo la naturaleza sino cosmovisiones diferentes y ancestrales es prácticamente imposible. Un ejemplo es el de lo U´Wa en Colombia en contra de Occidental Petroleum y después frente a la Repsol, quienes declararon que la tierra y el subsuelo eran sagrados que la cultura no tenía precio (Alier, 2007). En ese sentido, dados los distintos lenguajes de valoración quién decide cuáles son válidos y cuáles no ? Otra pregunta sería si la medida de valor ecológico solo se traduce a dinero o pueden valer por sí mismo en unidades de biomasa y bio-diversidad ? El ejemplo perfecto para responder a esta pregunta es el caso de la iniciática Yasuní-ITT.
El caso de la explotación del Yasuní es un buen ejemplo del ecologismo popular.
En Ecuador, la frontera de la extracción del petróleo ha llegado hasta el Parque Nacional Yasuní, donde los indígenas protestan y los ecologistas piden que el mundo les ayude a pagar al gobierno el equivalente a lo que ganaría extrayendo el petróleo (neto de costos de extracción y de externalidades locales y globales), para así conservar la naturaleza y a esos pueblos originarios y para evitar que aumenten las emisiones de dióxido de carbono en el mundo al quemar ese petróleo extraído de un lugar tan impropio” (Alier, 2007, p.148).
El modelo ambiental y económico que propone Ecuador, tiene como aspecto medular el abandonar la explotación de los recursos naturales no-renovables, por lo que se cuestiona al modelo dominante, característico por un ilimitado e insustentable crecimiento basado en las fuerzas del mercado (Dillon, 2012). Sin embargo, las políticas públicas implementadas en este gobierno son disfuncionales ya que se superponen políticas como las de ampliación de fronteras extractivitas de recursos naturales, proyectos petroleros que no se concretan mientras que a la vez se tiene políticas de conservación ambiental, así como políticas étnicas que protegen la Biosfera Yasuní y a los pueblos en aislamiento voluntario (Dillon, 2012). Para entender la problemática del Yasuní se tienen tres ejes; el plan A, plan B y plan C. Mientras se hablaba del plan A cuya búsqueda se centraba en la aplicación del Buen Vivir a través de actores locales y la población en general, los esfuerzos fueron insuficientes por lo que surgió con fuerza el Plan B del gobierno, la extracción mientras que a la vez los ecologistas planteaban un plan C de consulta popular, el cual fue inconstitucionalmente rechazado (Dillon, 2012).
De estos tres ejes se entiende que la relación de poder y los distintos lenguajes que se manejó entre las comunidades de indígenas amazónicos y ecologistas contra el extractivismo del régimen de turno fue injusta y se violó las políticas públicas de gobernanza ambiental, mencionadas previamente (Cisneros, 2008).
            Finalmente, cuál sería la solución para detener la destrucción de la naturaleza, de sus pueblos y solucionar las injusticias socio-ambientales. Cómo los del Norte pagarían la deuda a los del Sur. Tim Jackson (2011) propone prosperidad sin crecimiento, esto implica redefinir todo el sistema macro-económico y entender ciertas cosas: la necesidad de una economía de acuerdo a un planeta finito, y eliminar el paradigma patológico del crecimiento económico. Para esto, dice es necesario revisar las instituciones  y sobre todo entender que el PIB ha muerto, que al igual de Fander Falconí, opina tenemos que estar conscientes que el modelo actual está en crisis y si no hacemos algo para cambiarlo simplemente se destruye con nosotros [Entrevista personal]. Se necesitan otros indicadores que midan, realmente, el progreso tomando en cuenta la destrucción ecológica, la calidad de vida y el bienestar social (Jackson, 2011). La propuesta consiste en detener el crecimiento económico como lo conocemos, y en base al entendimiento de la prosperidad reformular la dinámica inequitativa entre centro y periferia. Como afirma Falconí en ese sentido apegarnos a la economía ecológica y a reconfigurar la relación sociedad/naturaleza es la salida [Entrevista personal].


De toda la investigación se concluye que la economía ecológica es una ciencia neófita cuyo crecimiento implica todo un cambio del paradigma económico, está dada la destrucción del planeta, tiene que ser entendida no como una opción sino como una de las pocas soluciones lógicas. Entender que el crecimiento económico y la actual crisis del modelo económico imperante tienen que caer, y que no debemos esperar mucho para que esto suceda es el primer paso. Para esto, todos los actores sociales tienen que sumarse para lograr no un movimiento social, sino una sociedad en movimiento en pujante cambio: ecologistas, ecologismo popular, académicos, la población entera.
             Juan José Ponce, 2015

Para más información vistar:
https://www.youtube.com/watch?v=GEULM8s27lc
https://www.youtube.com/watch?v=qyz5FH11sP0


Referencias:
El ecologismo popular (2007).. Revista Ecosistemas, 16(3).
Alier, J. M. (2008). Conflictos ecológicos y justicia ambiental. Revista Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, (103), 3.
Chang, M. Y. (2005). La economía ambiental. Sustentabilidad, 175-188.
Cisneros, P. (2008). Gobernanza ambiental, conservación y conflicto en el parque nacional Yasuní. La guerra del fuego, políticas petroleras y crisis energética en América Latina, 239-255.
Dillon, J. F. (2012). YASUNÍ-ITT: Hacia un nuevo modelo de conservación y desarrollo sostenible.
Jackson, T. (2011). Prosperidad sin crecimiento. Icaria editorial, Barcelona.
Teruel, M. G. (2003). Apuntes de economía ecológica. Boletín económico de ICE, Información Comercial Española, (2767), 69-75.
Walter, M. (2009). Conflictos ambientales, socioambientales, ecológico distributivos, de contenido ambiental… Reflexionando sobre enfoques y definiciones. Boletín Ecos, 6, 1-9.