miércoles, 3 de agosto de 2016

Los veganos hacemos más daño a los animales con lo que sale de nuestro estomago que con lo que no dejamos que entre: sobre cómo hablar de liberación animal

Los veganos hacemos más daño a los animales con lo que sale de nuestro estomago que con lo que no dejamos que entre: sobre cómo hablar de liberación animal


Psicología del consumidor: Cómo llegar a la gente?
Es importante entender la psicología de comer animales para hacer un activismo eficaz. Pero, ante todo para todo acto de carácter informativo es esencial plantearse cuál es el objetivo: si lo que se pretende es hacer sentir una mierda a los consumidores para enaltecer el ego de los activistas desde su suerte de falsa superioridad moral; pues bien, pero así solo se afecta a los animales que en este preciso momento están siendo torturados, y asesinados. Además de generar un rechazo sistémico, y a priori a la filosofía del veganismo. Por otro lado, si nuestra lucha es sincera nos plantearemos que el objetivo es lograr que las personas se atrevan a cuestionar sus hábitos alimenticios, y que investiguen más sobre el tema. En ese sentido, la forma en la que se lleva el mensaje es esencial, el cómo, el qué, y el cuándo. Antes de responder a esas preguntas, es importante entender la psicología, o los procesos de pensamiento que subyacen al consumo de animales. Melanie Joy, psicóloga social explica muy bien este tema: https://www.youtube.com/watch?v=c0xA1mJ0iBg

      En suma, el carnismo es un sistema violento e invisible, que se introyecta en los niños a través de diferentes instituciones como la educación, los mass media, relación con los pares, discurso hegemónico nutricional y médico, produciendo así un efecto de desensibilización sistemática: nos enseñan a no sentir. Producen, un distanciamiento emocional muy marcado entre lo que la cultura entiende como animales de consumo, y de compañía, haciendo legitimo el amar a los perros, comerse a los cerdos, y vestirse con las vacas. Es importante para el activista entender el carácter cultural del carnismo, y no escencialista. Es decir, no es parte de la esencia de los animales humanos ser unos mierdas con los demás animales, sino que es aprendido culturalmente. En ese análisis, hay dos presupuestos importantes:

*El humano es inherentemente compasivo, empático y no violento.
*La responsabilidad no cae sobre el individuo, sino sobre la cultura.


La primera premisa es fundamental a la hora de atrevernos a pensar un mundo distinto. Las premisas del capitalismo a propósito del comportamiento humano son que: el hombre es el lobo del hombre, es decir egoísta, y competitivo. Al contrario, nosotros/as asumimos lógicas naturales, y adaptativas: somos cooperativistas, empáticos y compasivos con los demás, esto por meros fines evolutivos y de supervivencia: si nos aislamos morimos. A pesar de que muchas veces cometamos el error de caer en la misantropía, y estar más cerca de la premisa del capitalismo, es importante cuestionarnos esto en nuestro diario relacionarnos con el otro. En ese sentido, cualquier acto informativo parte de dicho presupuesto: creer en el humano, y por tanto tiene que ser abordado como tal.

La segunda premisa, en interconexión con la primera implica que en tanto entendemos que el carnismo es un sistema invisible (no es visible, es decir quien lo sufre no está al tanto que lo sufre) que se introyecta en nosotros a través del proceso de escolarización (es culturalmente aprendido, no esencial del individuo), solo con la comprensión de eso, dejaremos de juzgar y criticar al consumidor; y comenzaremos a voltear los ojos sobre el verdadero enemigo, el capitalismo y sus representantes: las corporaciones.

Dicho eso, ahora se abordará el cómo, el qué y el cuándo. Es importante entender, la naturaleza de la mente, ella detesta los conflictos intrapsiquicos que se traducen en disonancias cognitivas (conflictos entre las actitudes y comportamientos respecto de los valores). Es decir, rehuimos contantemente del sentirnos incoherentes. Entonces, en los actos informativos lo que sucede básicamente es que si alguien externo a mí (un otro), se acerca y me muestra un video que lo que dice es que: mis actitudes y comportamientos (consumo de animales=asesinato, violencia) –tres veces al día- están en total contraposición a mi sistema de valores (amor, compasión, no violencia) voy a alzar para la protección de mi psique: mecanismos de defensa, tales como la negación, la racionalización, el chiste, etc. Es con esa comprensión, y herramientas que el activista sabiamente tiene que saber llegar a las personas sin colocar barreras. La clave está en que el consumidor se cuestione el mensaje, y el centro del debate radique en la información, y NO en que este otro me está atacando, juzgando, y señalando mis incoherencias.

La mejor manera tomando en cuenta la naturaleza de la mente, y la psicología del consumo de animales es:

·         Cómo: La idea principal es no separarnos del otro, no poner barreras (principalmente a través de los –ismos). Sencillamente, porque si un otro (distinto a mi) pretende desplazar su yo hacia mí, me sentiré invadido. O entiéndase de otra manera, toda forma de imposición supone autoridad y colonización. Entonces, sin juzgar y sin criticar al individuo en tanto consumidor, sino hacer alusión al sistema, y las corporaciones como las directas participes de la violencia hacia los animales, y la Tierra. Adicionalmente, mediante el uso del lenguaje no tiene que haber un nosotros (veganos) y ellos (consumidores de animales), sino siempre lenguaje inclusivo. En general, el objetivo es hablar sobre el acto de comer animales como éticamente incorrecto señalando todo el proceso cultural mediado por las corporaciones, y no hablar sobre la persona que come animales como éticamente incorrecto. Hay una diferencia abismal en términos psicológicos entre desaprobar el acto, que desaprobar a quien comete el acto (la persona). La idea es poner de lado nuestro al consumidor (sin que se sienta atacado), y ponerlo en contra de las corporaciones (haciendo que se sienta estafado, y manipulado por las mismas). Si lo hacemos mal, sucederá lo contrario, se pondrá del lado de los explotadores para resolver su disonancia cognitiva, y si pretendía comprar una hamburguesa simple, correrá a comprar dos hamburguesas dobles con queso, y se reafirmará en el carnismo sin cabida posterior alguna a cuestionamientos. Los animales habrán perdido.

·         Cuándo: Este tema es complicado por la naturaleza del acto informativo que implica estar afuera de los lugares donde el consumidor es participe de la violencia hacia los animales. Lo ideal, sería poder abordar al consumidor en un lugar por fuera del consumo. En general, es totalmente contraproducente, hablar de explotación y tortura animal en la mesa en donde se está comiendo, justamente eso, explotación y tortura animal. De nuevo, no queremos atacar a las personas, sino a las corporaciones. Sin embargo, la clave en este caso esta en el Cómo se digan las cosas.


1.      Filosofía ética: Qué se dirá?

El qué es muy importante. Pero, antes de eso hay que aclarar que es muy importante también el dialogo amoroso, y respetuoso que implica que las dos partes estén dispuestas a cuestionar sus creencias. Esto es importante porque a veces nos tachan de dogmáticos, y nos vinculan con las religiones, justamente por eso; porque a pesar, de nosotros sí tener la verdad respecto de que no es ético irrespetar los intereses de los animales en seguir viviendo, tenemos que entender que las demás personas (al igual que nosotros en algún momento, quizás nunca se cuestionaron eso o si lo hicieron tuvieron/tienen muchas dudas, dudas muy válidas). En ese sentido, la práctica de la escucha consciente y amorosa es importante. No pretendemos imponer nuestra verdad, sino informar. Para que de esa manera, las personas lleguen a su verdad a través de sus propios cuestionamientos, por eso el acto es de carácter informativo y no confrontativo. La mejor técnica para que las personas lleguen a su verdad, es el dialogo socrático a través de la mayéutica que implica con humildad asumir que: solo sé que nada se; y es el consumidor (interlocutor) quien a través de mis preguntas llegará a su verdad. Por ejemplo, es distinto decir: está mal asesinar animales para comerlos, a preguntar: Qué opina del asesinato ?

Sobre el qué se dirá es importante tener en cuenta estas consideraciones:
·         El tema central es la ética, indudablemente es irrebatible el hecho de que es correcto matar. El medioambiente, la hambruna mundial, los problemas sociales, la salud, atletas y famosos veganos solo son ejes articulatorios que sirven para deconstruir las creencias que impiden que el debate se centre sobre la ética. Por ejemplo, se aborda la salud para plantear que al margen de que si es o no el consumo de carne perjudicial para la salud, la investigación dice que no es necesario su consumo para estar sanos. En tanto hemos eliminado el hecho de que ya no es necesario, el consumo de animales se vuelve una opción, y ahí el debate vuelve a los terrenos de la ética.
·         Tener información empírica, y datos precisos que legitimen nuestro discurso.
·         Llevar un orden articulado de ejes de abordaje: ética, medioambiente, salud, hambruna mundial. Deconstrucción de creencias: es normal, natural y necesario. Psicología del carnismo. Análisis comparativo entre distintas formas de opresión: racismo, sexismo.
·         Saber manejar bien las dudas típicas de las personas, y responderlas con respeto, a pesar de lo ridículas que sean entender y recordar cómo funciona el carnismo en tanto sistema: las plantas también sienten, los animales se comen unos a otros, etc
Aquí encontraran respuestas concretas a preguntas muy usuales: 
http://yourveganfallacyis.com/es

·         Tomar en cuenta, que la mayoría de personas que se detienen a conversar, ya están un tanto interesadas en el tema, o se lo han planteado. Una pregunta muy común, que seguramente nos surgió a todas, es: Y AHORA QUÉ COMO. Es de vital importancia, saber responder adecuadamente esta inquietud. Mi investigación ha mostrado, que luego de una charla informativa o la proyección de un documental, la mayoría de las personas abandonan o reducen significativamente el consumo de animales, pero luego regresan a sus hábitos usuales, por ese periodo crítico en la transición de no saber qué comer ni en donde comer.
·         A pesar de que sabemos que nadie tiene derecho a comer carne (asesinar), el pensamiento de todo o nada, es decir o carnista (preferiblemente no usar esta palabra a la hora de hablar con el consumidor) o vegano es dañino para la transición. Así que lo mejor, es hacer énfasis en la indudable necesidad de disminuir el consumo de carne, y en lo concreto por ejemplo no asistir a lugares como Mcdonalds, kfc. Y si están listos pues dar el paso al veganismo.
·         Si nos hacen una pregunta, no dar vueltas, sino ser concretos.
·         Finalmente, el discurso no pretende ser automático, sino espontaneo y sincero. Lo que mejor ha resultado, es ponerse en los pies del consumidor, y recordarnos antes de ser veganos. En ese sentido, quizás sea mucha más efectivo, contar nuestra experiencia personal –testimonio- de despertar de la consciencia, y la transición (siempre constante) a cada vez ser más amorosos con los animales, y la Madre Tierra.

Indicadores ¿?
Aunque es difícil tener una medida a corto plazo de nuestro impacto mediante cualquier acto informativo, la retroalimentación, de ese momento in situ sería nuestra mejor medida. Es decir, si la persona se cierra, y no da a espacio al diálogo es preferible no perder tiempo, y continuar con otra persona. Al contrario, si la conversación va bien, quizás sea buena idea, al final de la conversación ofrecer más información, y preguntar si estaría dispuesto a reducir su consumo de carne, o eventualmente a eliminar por completo los animales de su dieta.

                                                                         Juan José Ponce, ADLA

sábado, 19 de diciembre de 2015

MANIFIESTO DE PERMANENCIA EN LA LUCHA Y DE RUPTURA CON LA COALICIÓN "ABOLICIÓN ES EVOLUCIÓN".


El colectivo ADLA (Activistas por la Defensa y Liberación Animal), conformado por luchadores provenientes de distintas trincheras y consagrado a la ecodefensa, la liberación animal y la revolución social, sin concesiones ni negociaciones con los opresores y hasta las últimas consecuencias, teniendo claro el horizonte político y ético que implica la lucha por la abolición de toda forma de opresión que recaiga sobre cualquier animal del mundo o que altere su original relación de equilibrada reciprocidad con la pacha mama, y conscientes de que tal lucha implica reconocer el carácter estructural de la opresión, en una palabra la integralidad de la opresión que exige de nuestra parte integralidad de la lucha abolicionista, declara ante el movimiento animalista y ante todos nuestros lectores lo siguiente:

1.      Toda lucha contra la opresión es política, es un acontecimiento político debido a que se sostiene en un determinado modo de entender y organizar la vida social, un modo que los opresores buscan reproducir a ultranza en las mentes de los oprimidos para impedir de esta forma que asuman la opresión como una acontecimiento indeseable, injusto, incorrecto y se decidan a combatirlo. Política significa trabajo colectivo para redefinir o afirmar estos determinados modos de crear la vida social y no significa partidismo, oportunismo, reformismo o el llamado "loby político" que implica caminar al lado de nuestros enemigos políticos, mismos que no tienen ningún interés en nuestra lucha sino solo en utilizarnos y mantenernos en la pasividad.

2.      Toda lucha contra la opresión, si se pretende exitosa, requiere de 3 elementos fundamentales: la honestidad, la unidad y la radicalidad. Entendemos por honestidad la ausencia de intereses particulares de cada actor aliado y ajenos a la lucha común. Entendemos por unidad el hecho de la permanencia en la lucha junto a los aliados en determinados momentos en los que pueden darse divergencias en cuanto a método pero se sigue manteniendo el mismo objetivo común. Entendemos por radicalidad el conjunto de percepciones, interpretaciones y decisiones que manan del observar una forma de opresión en toda su amplia dimensión y combatirla exactamente en esa misma amplitud.

3.      La violencia no es creadora de violencia, y no toda violencia es destructiva. La violencia cumple un rol fundamental en la naturaleza y es el rol que cumple la cultura dentro de la sociedad: el límite que preserva el equilibrio. Sin embargo en la sociedad moderna tales códigos y normas (límites) se crean y se reproducen sin discusión ni acuerdo común, sino solo por voluntad y poder de aquellos que tienen la hegemonía, los opresores. Cualquier persona que respete dichos códigos sin importar la violencia que impliquen contra unos está siendo cómplice de una forma de violencia que no es protectora del equilibrio sino que mantiene el desequilibrio. En contextos sociales la violencia que el oprimido ejerce contra el opresor busca anular la violencia institucionalizada como orden social y restablecer el equilibrio de las relaciones entre personas y entre el humano y el reino de lo no humano. Es por esta razón que en nuestro colectivo repudiamos el pasivismo pues en contextos como este es  sinónimo de complicidad y conformidad con el injusto orden establecido.

4.      Declaramos que el reformismo, en tanto postura política que confía en las promesas de los opresores y asume como suyos los medios que nuestros enemigos usan para confundirnos, doblegarnos y vencernos, es la peor enfermedad de los movimientos y organizaciones, ya que nos vuelve débiles, inocuos, manejables y manipulables manteniéndonos en una permanente ingenuidad política y en un ánimo de conciliación frente a nuestros enemigos.

Por esto y otros puntos que no cabe mencionar aquí nuestro colectivo declara lo siguiente:
1.      En esta coalición no se ha debatido ni llegado de manera horizontal a acuerdos sobre qué objetivos reales nos planteamos, todo lo contrario, de manera arbitraria y poco frontal se han establecido objetivos distintos a los originales para los cuales fue convocada esta coalición. Se convocó a algunos de sus miembros con miras a emplear métodos verdaderamente contundentes para evitar las corridas de toros este año, entre estos métodos se incluyó la desobediencia civil activa y la protesta. Estos puntos que eran junto con la marcha del 1 de diciembre y el sabotaje económico a los auspiciantes eran los puntos clave de nuestra acción para detener las corridas. Empero, tanto las 2 tomas, como el sabotaje económico fueron dejados del lado por algunos miembros de esta coalición, y en el caso de la marcha se incurrió en un comportamiento que fomentó la división y restó fuerza al movimiento evitando que podamos evitar las corridas, se traicionó al objetivo principal de la coalición y a los toros abandonándolos a sus suerte. En lugar de esto se centró la atención en  la iniciativa antitaurina a pesar de que este punto no constó en la agenda de la convocatoria original y a pesar de saber lo frágil y voluble que es el ánimo político de las autoridades de quienes depende su aprobación. Estos objetivos, que de manera silenciosa y arbitraria suplantaron al resto, además de ser caracterizados por un profundo reformismo, ya explicado anteriormente, están llenos de oportunismo y de ánimo de acumulación política particular, de cooptación por parte de ciertos colectivos. Los objetivos y la lucha resultante no solo han sido débiles e ineficaces, sino que han servido más para realizar intereses de actores externos a esta coalición como lo son partidos políticos, en especial Alianza País, que para la defensa de los toros y la abolición de su tortura. Prueba de ello es que ni los esfuerzos de los compañeros veedores ni de quienes han llevado adelante la iniciativa antitaurina lograron detener las corridas y dudosamente lograrán detenerlas en el futuro.

2.      La lucha resultante de esta coalición ha estado llena de los contrarios a los valores que concebimos como indispensables para cualquier lucha común: honestidad, unidad y radicalidad. Dentro de esta coalición se ha manejado deliberadamente información falsa como aquella que pretendió hacernos creer que había un acercamiento previo por parte de ciertos colectivos al barrio San Blas y que tal barrio estaba abierto a mantener conversaciones con nosotros. Un sondeo de opinión que realizamos puerta a puerta y en los negocios del sector al igual que una entrevista que realizamos al presidente del comité pro-desarrollo del barrio y los hechos ocurridos el día de la detención de los 5 compañeros son prueba suficiente de que tal información era falsa, que el barrio de San Blas es eminentemente taurino y que el colectivo FATA que nos proporcionó tal información falsa actuó deliberadamente poniéndonos en riesgo a nosotros y a todos en esta coalición. Se han propuesto cosas que no se han cumplido y han imperado los intereses particulares antes que los colectivos. Se ha intentado y se ha logrado capitalizar todos los esfuerzos comunes hacia una sola reivindicación: la iniciativa normativa popular antitaurina, que no solo no es fruto de esta coalición sino solo de uno de sus participantes, y que pese a no detener las corridas de toros este año ni en ninguna otra ocasión anterior en su larga historia de debate, se ha colocado como prioridad por sobre cualquier otra reivindicación. Esta bandera de lucha incluso ha servido como obstáculo para la acción en otras direcciones más contundentes que pudieran haber detenido las corridas este año debido al miedo de que se trunquen las negociaciones con los opresores, aun sabiendo que ellos solo buscan congraciarse con nosotros momentáneamente, mientras esto significa un rédito político para ellos. Cabe mencionar que tal iniciativa lleva años en proceso de discusión y aprobación  y que a pesar de su nula eficacia para detener la masacre fue antepuesta a otros métodos mucho más efectivos y reales, que no implican rédito político para nadie pero si la salvación de los toros. Declaramos que en esta coalición pues se ha manejado no solo un clima de deshonestidad sino también de reformismo y de arbitrariedad, de un ánimo de prevalecer. Se ha intentado capitalizar además la difícil situación que han pasado nuestros compañeros detenidos divulgando el rumor de que FATA son los responsables de que nuestros compañeros hayan sido trasladados a la unidad de contravenciones para ser juzgados por contravención y no por delito, cuando en realidad eso no se debe a la injerencia de ningún colectivo, sino a que en el parte médico-legal las lesiones de los policías que se declaraban agredidos no ameritaban la cuota de descanso médico correspondiente a una lesión grave, es decir a un delito sino a la de una contravención. Esa es la razón de que nuestros compañeros hayan sido juzgados en contravenciones y ninguna otra. Declaramos que el compañero Felipe Ogaz, que estuvo pendiente en ciertos momentos del proceso y que intentó ayudarnos dándonos un contacto en flagrancia, nos `ayudó´ de manera más significativa dándonos el contacto de Juan Carlos Garcés, mismo que supuestamente iba a ayudarnos y que se mostró muy convenenciero. Resulta que el mentado señor no solo resultó ser taurino, sino que además nos dio deliberadamente información falsa acerca del juicio e intentó evitar que llevemos la evidencia necesaria para la defensa de nuestros compañeros a la unidad de contravenciones queriendo retenernos en flagrancia y que pese a ser coordinador de los defensores públicos no proporcionó evidencia para la defensa a ningún abogado particular que se acercó a la defensoría pública para tal efecto. Tal contacto pues, en lugar de ayudarnos nos saboteó.

3.      Declaramos que el reformismo es un vicio terrible dentro del movimiento animalista y el movimiento antitaurino, que solo es fuente de debilidad, ingenuidad y susceptibilidad de ser manipulado, cooptado y arrastrado a prácticas y hábitos políticos que repudiamos y con los cuales nunca comulgaremos. No estamos de acuerdo con que esta forma de hacer política abolicionista, por la emancipación de todo animal y de la pacha mama, se haga hegemónica  pues condena a los inmensos esfuerzos de mucha gente involucrada a la constante derrota, a la manipulación, la cooptación y por último al desaliento, produciendo fracción y debilidad para el movimiento.
Esto nos lleva a:
1.      Cesar toda participación con esta coalición y especialmente con algunos de sus participantes por las razones ya mencionadas que implican deshonestidad, reformismo, ánimo de cooptación y manipulación, etc.

2.      Condenar la acción de esta coalición y expresar la nocividad de su modo de proceder, reformista, conciliador y complaciente con las autoridades y apático en muchos casos con la situación de los toros.

3.      Continuar la lucha por los medios que siempre han caracterizado a ADLA y nunca claudicar en nuestra convicción de que quien mucho conversa, pacta y se junta con los opresores acaba trabajando para ellos.

4.      Hacer un llamado a conformar la verdadera unidad del movimiento, más allá de la deshonestidad, la falsa convergencia, la falsa cooperación y la falta de radicalidad que ha caracterizado a esta coalición. Declaramos que en unos de los momentos más difíciles que han atravesado los toros y nuestro colectivo muchos de los miembros de esta coalición han brillado por su ausencia y además han querido abanderarse de una supuesta solidaridad hacia nosotros cuando en realidad han actuado de manera totalmente opuesta, condenándonos y censurándonos. Y por supuesto condenando a los toros a la muerte con su pasividad. Llamamos a todos los miembros de esta coalición que igualmente se hayan sentido utilizados, cooptados, traicionados y decepcionados a mantener el diálogo entre ustedes y con nosotros, con miras a erradicar estas costumbres y hábitos politiqueros detestables.


ECODEFENSA, LIBERACIÓN ANIMAL Y REVOLUCIÓN SOCIAL
CONTRA EL ESTADO ESPECISTA Y EL CAPITAL
LIBERACIÓN HUMANA Y ANIMAL

ADLA

miércoles, 11 de noviembre de 2015

De la tauromafía, el colonialismo, la psicopatía adquirida y el especismo


          Todos/as quienes conformamos ADLA manifestamos nuestra, evidente, oposición a la tauromafía, y a cualquier espectáculo que suponga legitimar el status de los animales no humanos como propiedad: circos, zoos, peleas de perros y de gallos. Por más grave o sutil que este espectáculo sea. Expresamos nuestra radical oposición a esta práctica aberrante desde un análisis multimodal, leída desde la cosmovisión indígena, el anti-colonialismo, el anti-especismo, y los derechos de los/las niños/as y adolescentes

Antes de la invasión europea, las lógicas de relación humano-animal-naturaleza eran muy distintas. La cosmovisión indígena, principalmente, de nuestros pueblos originarios pre-incaicos, los Quitus, pensaban a la Madre Tierra como la Gran Madre Protectora. Ellos la llamaban Mama Toa, desde una visión eco/centrista sentían un profundo respeto por todos los seres que habitaban en ella. Hermanos y hermanas, todos/as hijos/as de la misma Madre. Conocido como animismo, la espiritualidad de nuestros/as ancestros/as giraba en torno a la conexión con la divinidad y el alma de todos los seres sintientes sobre la Tierra: plantas, animales humanos y no humanos. Nuestro legado ancestral, ha dejado una huella filogenética de amor, respeto y conexión con nuestros hermanos, los animales no-humanos. Sin embargo, con la invasión colonial; además del violento aniquilamiento cultural, el genocidio y biocidio de nuestros pueblos y el sincretismo religioso que este impacto civilizatorio produjo, también trajo consigo una relación, totalmente, distinta a la de nuestros ancestros con su hogar, la Naturaleza. La lógica eurocentrista pensaba a la naturaleza como una bestia a la cual había que domarla para sacar todo el provecho posible. Sostenido, en un paradigma antro-pocentrista judeo-cristiano, el hombre (no la mujer, ella también es relegada al status de bestia y de “animal”) se posiciona por encima de la naturaleza y de los demás animales. En ese contexto, de violencia cultural, se impone una “tradición” ibérica: las corridas de toros a nuestro pueblos andinos que otrora habían respetado, y de hecho sentido el mandato cósmico de ser defensores de la Madre Tierra y de sus pueblos. Lastimosamente, el mestizaje que supuso una vaga identidad latino-americana y el profundo sentimiento de inferioridad en relación al otro-europeo, hizo que se integré en el imaginario cultural del pueblo ecuatoriano, esta tradición como propia, develando el arribismo clasista. El mestizo, odiando su pasado indígena-originario, jugando a ser europeo, imitando lo europeo. Es por este segundo punto, que también rechazamos las corridas de toros, por ser una representación simbólica de la violencia física, estructural y el aniquilamiento identitario que sufrieron nuestros pueblos originarios por la falla epistemológica, conocida como: eurocentrismo.

            Nos hemos manifestado en contra de la tauromafía por ser violento a nivel cultural con nuestros pueblos originarios. Pero, qué hay de la vida, y opinión del toro ? Los/as tauropatas utilizan una serie de excusas amparadas en distorsiones cognitivas, un marcado distanciamiento emocional, y rasgos sociópatas que en un siguiente artículo  analizaremos a profundidad, una de las principales es: la libertad individual. Respeta mi “derecho” a asistir a las corridas dicen, el que no quiere que no vaya ! Vociferan con desconocimiento, y estupidez los enfermos mentales. Esa premisa, no es falaz por sí misma, de hecho tiene sentido. El problema, es que esta dicha desde una lógica especista. Es decir, se está asignando mayor valor a los intereses tan superficiales de los/as tauropatas como es: la diversión, la “tradición”, el “arte” y la “cultura” a intereses tan profundos como es la vida, el deseo de sentir placer y alejarse del dolor que siente el toro. Se relega su opinión a un sub-plano, el toro no quiere ser perturbado en lo más mínimo, del mismo modo que ningún ser lo quiere, él no quiere asistir a un espectáculo de tortura y muerte al que no le han invitado. Se está violentando el principio de igualdad, que plantea que en la medida en la que un ser es capaz de sentir, se debe, respetar sus derechos básicos e inherentes a una vida sin sufrimiento; por lo tanto asignar consideraciones morales. Cuando se viola este principio con excusas como la “tradición”, y sobre todo por el hecho de que el toro no pertenece a la especie privilegiada: animal-humano, se cae en un prejuicio llamado especismo. Para aclarar este tema, nos preguntamos: se utilizarán las mismas excusas para torturar a un/a niño/a ? La respuesta de la mayoría de personas sería que NO, ninguna excusa es válida a la hora de violentar a alguien. Pero, porqué sí lo es, cuando el ser violentado no pertenece a la especie humana ? Traspolando los argumentos taurinos bajo una lógica anti-especista serían: respeten mi derecho a ver torturar a un/a niño/a, el que no quiere ir que no vaya; si dejamos de torturar a los/as niños/as tendremos que dejar de criarlos, y se extinguirán; es una tradición que, históricamente, ha sido identidad de nuestra cultura, respeten que tradicionalmente se torture a los/las niños/as como muestra de arte; si no conocen la cultura de tortura a los/las niños/as no critiquen, primero infórmense; muchas personas se quedaran sin trabajo si dejamos de violar niños/as. Suena ridículo, cierto ? Es por eso, que rechazamos la corridas de toros, porque del mismo modo que no hay justificación para torturar a un/a niño/a no lo hay para torturar a un toro: los dos seres son mamíferos (el/la niño/a y el toro) por lo tanto tienen un sistema nervioso central que les permite sentir dolor, emociones básicas que les permite sentir miedo, angustia y pánico; y los dos tienen consciencia. La única diferencia es que el toro nació toro, y no niño o niña.

            La tauromafía no solo afecta, directamente, a la vida del toro, sino también al equilibrio psíquico de los/las niños/as. Es por eso que, el conocimiento científico sobre los riesgos de exponer a niños al maltrato animal y la creciente sensibilidad social sobre la necesidad de proteger al menor de edad de la violencia hacia animales, especialmente aquella que es cometida o aplaudida delante de los niños por sus referentes adultos, ha favorecido que, en la última década, muchos gobiernos hayan dado pasos para aprobar o reforzar medidas legislativas relativas a la protección del niño frente a la violencia contra los animales que se da en determinados espectáculos. La Organización para las Naciones Unidas (ONU), a través del Comité de los Derechos del Niño, órgano integrado por 18 expertos de varios países, se ha pronunciado de forma expresa en contra de que los niños, niñas y adolescentes participen o asistan a corridas de toros y otros eventos tauromáquicos. Estas observaciones del Comité fueron dirigidas a Portugal (05/02/2014) y a Colombia (04/02/2015), tras el examen del informe presentado por estos países para dar cuenta de las medidas adoptadas para proteger a la infancia en virtud de la Convención de los Derechos del Niño. En sus observaciones finales, la ONU insta además a que estos países emprendan campañas para informar sobre “la violencia física y mental asociada a la tauromaquia y su impacto en los niños”. En marzo de 2015, la organización Amnistía Internacional, movimiento global presente en más de 150 países y cuyo objetivo es realizar labores de investigación, así como emprender acciones para impedir abusos contra los derechos humanos, publicó, desde su sede en Portugal, un comunicado instando al gobierno de este país a respetar la Convención de los Derechos del Niño y la obligación de frenar la presencia y participación de menores en eventos de tauromaquia en Portugal.

            A continuación, explicaremos un, breve pero contundente análisis psicológico del porqué exponer a los/las niños/as ha espectáculos violentos, es una agresión directa y vulnerabilidad a los derechos del niño. Un/a niño/a tiene valores inherentes a la condición humana: compasión, no violencia, amor y relación con el otro, y empatía. Todos estos valores son adaptativos para generar vínculos, y mediante una red de apoyo social lograr un desarrollo socio-emocionalmente estable. Pero, cuando un/a niño/a esta expuesto en su entorno a un ambiente violento en donde se valida y refuerza ciertas actitudes y comportamientos que van en contra de estos valores. El/la niño/a sufre una suerte de disonancia cognitiva lo cual devela en un conflicto intra-psíquico entre lo que el/la niño/a, naturalmente, siente (respeto y amor a la vida), y lo que sus padres le muestran (tortura y asesinato enmascarado en cultura). En ese momento, el/la niño/a tiene que integrar los valores familiares para resolver el conflicto. Por lo que, en ese instante se ha naturalizado en él, la violencia. Extirpando su capacidad de empatía y compasión. Sus padres negligentes, mediante la exposición gradual y reforzamiento constante a la violencia, han producido un distanciamiento emocional (adaptativo como ya se mencionó) entre el/la niño y el animal torturado. Posteriormente, analizaremos los criterios diagnósticos del trastorno de personalidad anti-social con la tauropatía, y veremos cómo encaja dentro de este trastorno.

Discursivamente, el tauropata dice “me gustan los toros”, del mismo modo que el pedófilo dice amar a la víctima que viola. Esa relación patológica en dónde el perpetrador dice amar a su víctima cuando realmente la tortura y lastima devela el carácter irracional del tauricida. A propósito de la tauromafía o psicopatía adquirida, planteo esta analogía por que los síntomas que presenta el taurino son similares a los de un sociópata: no muestran remordimiento ni culpa, anestesia emocional frente a la víctima (en este caso el toro), des-individualizan o cosifican a la víctima. No asumen su responsabilidad, los asesinos seriales o particularmente los pedófilos plantean su difusión de responsabilidad alegando que la víctima se lo buscó. En paralelo, los tauropatas plantean que dado que el toro es bravo es legítimo y de hecho es un honor para el toro ser torturado.

Juan José Ponce, ADLA




Anexos:

Menores de edad y tauromaquia: observaciones y textos de expertos Marzo, 2015


            

De la espiritualidad y la liberación animal

En 1997, Barry Horne fue condenado por la corte de Bristol a 18 años de cárcel, acusado de varios incendios, la condena más fuerte a un activista por la Liberación Animal; con daños de más de 33 millones de libras.  Murió a causa de una falla al hígado en el hospital Ronkswood, Worcester el 5 noviembre de 2001, después de protagonizar 4 huelgas de hambre, la penúltima fue la más larga, duro 68 días. Es por eso, que con la última huelga su cuerpo no resistió más los estragos. Horne participo en varias actividades por la liberación animal, comenzó con las protestas organizadas por grupos de derechos de los animales de Inglaterra afuera de centros de vivisección, en sus inicios participo en el sabotaje de la caza, y en entregar volantes informativos. Sus manos inquietas, lo llevaron en poco tiempo a realizar acciones directas, encontrando en ellas una respuesta inmediata a la LIBERACIÓN ANIMAL que se voceaba en las marchas.

Hoy recordamos a Barry Horne, quien es luz en nuestro camino. Su, intensa y comprometida lucha, nos guía con sabiduría, y nos carga de fuerzas. Y si tuviéramos que describir a Horne, sería con las palabras: AMOR, JUSTICIA Y PERSEVERANCIA. El movimiento por la liberación animal, es una serie de sucesos que en conjunto generan una revolución y agitación de consciencias. El derecho animal, es una postura radical de izquierda, que no sol supone un discurso agresivo en relación al enemigo, sino asumir de manera directa por parte de sus militantes dicha revolución. Eso nos diferencia de las demás luchas. La Liberación Animal implica trasgredir los conceptos de “especie”, reconstruirlos y provocar grandes cuestionamientos hacía la condición humana. Implica, pensar más allá del género, la etnia y la clase.

Acaso, esa revolución de consciencia radical interna, y la manera tan distinta de pensar al otro, no supone por sí misma, un camino espiritual. Re-invindicar nuestra animalidad, conectarnos con la Gran Madre Cósmica sintiendo el mandato colectivo de ser defensores de la Madre Tierra, y de nuestros hermanos los demás animales. Recordemos a Rod Coronado, activista por la liberación animal e indígena nativo-americano, primer preso político por la liberación animal de EEUU; a Jill Phips, activista por la liberación animal de Inglaterra, quien fue atropellada al hacer desobediencia civil, y pararse inclaudicable al frente de un camión que transportaba terneros. Estás historias, no solo sirven para inspirar al movimiento, sino para generar grandes reflexiones en relación a qué procesos internos-espirituales atravesaban en esos instantes. Creemos, firmemente, que todas esas acciones por la defensa de los demás animales estaban cargadas, por un/a solo/a activista, de una fuerza espiritual potentísima, mayor mucho mayor a toda la fuerza represiva de la policía y a los dispositivos del estado usados para reprimir las insurrecciones populares.

Qué puede llevar a un animal-humano a estar dispuesto a morir por sus ideales, a soportar huelgas de hambres sobre-humanas de más de 68 días ? Qué lleva a una activista a no moverse del camino cuando un camión está a punto de atropellarla ?

Los antiguos sabios orientales, vivían en comunión con la Madre Tierra. De esta simbiosis con la Naturaleza surgen algunas disciplinas como Kung-Fu, el Tai-Chi y el yoga. Los maestros, principalmente, los antiguos Yogis, observaban a los demás animales, sus posturas, sus virtudes y cualidades; observaban a los árboles y las plantas; el poder creador del Sol, el poder sanador y abrigador de la Luna; la capacidad de limpiar del viento. Y en virtud de todo el conocimiento de la observación de la Naturaleza, se crearon, sistemas espirituales cuyo propósito es la devoción hacía la vida, y el crecimiento integral desde la integración de la animalidad. La respuesta, y el sentido de la vida de los/as activistas, cuyas historias mencionamos previamente, y quienes son guías para nuestro camino se configuran y construyen por el intenso amor y devoción hacia la vida.

El movimiento por la liberación animal, transgrede pensar al otro más allá de la especie; pero a pesar de ser defensores, incansables, de otros animales y de, discursivamente, re-invindicar la animalidad, terminamos dislocados, separados y peleados dentro de nuestros hermanos/as de lucha reproduciendo los mismos esquemas de la “humanidad” que rechazamos. Nuestros egos, aquel construcción social del yo, oculta al ser divino que hay dentro de cada activista, oculta al animal libre y salvaje que llevamos todos y todas. Juzgamos sin tiempo; criticamos, no con el ánimo de generar reflexión y crecer juntos/as en el debate respetuoso y creativo, sino para exaltar el ego. Para re-afirmar al yo, desde juzgar al otro, pensando que la manera en la que hemos elegido luchar es el único camino, ya sea el: reformismo, el abolicionismo o el rescatismo. Somos animales, tan diversos y complejos, y pretendemos que nuestra lucha tenga un único cauce, deslegitimamos a quienes adoptan una postura pacifista, criticamos a quienes adoptan un pastura más radical. Y ni que hablar sobre el “veganometro” o los/las veganazis, a veces parece que el afán de juzgar, devela un fuerte juzgamiento interno, una no aceptación ni amor propio. Totalmente alejados de las virtudes y cualidades de nuestros hermanos, los demás animales.

La biofilía (amor a la vida) es nuestra guía, los demás animales son nuestra vida, y nuestra causa su liberación. Aprendamos de su capacidad de amar, los no-humanos están más allá del odio. Muchas/os activistas del movimiento, se cuestionan: Cómo puedo ser feliz o estar en paz conmigo mismo dado que soy consciente del holocausto animal y de la guerra a nivel planetario que estamos librando ? La respuesta más sabía que hemos encontrado es la de los monjes buddhistas del Tibet. Con la “revolución” maoísta, se invadió gran parte del Tibet, aniquilando miles de retiros y centros espirituales; los yoguis del Tíbet siempre estuvieron expuestos a un trajinar diario. De hecho, a esa realidad sombría se atribuye el proceso creativo y luminoso que luego develo en un espacio de crecimiento espiritual y de consciencia. Un yogui preso por el régimen de Mao que estuvo capturado por más de dieciocho años dijo: “Lo que más temía en la prisión no era la muerte ni el encierro, sino el dejar de tener compasión por mis captores”. En la medida en la que nos coopte el odio, habremos perdido, esa es la energía que les moviliza a nuestros enemigos de clase y de especie. A nosotros/as nos moviliza el amor. Es por eso tan necesario el crecimiento espiritual y la paz interior, mientras más libres y serenos estemos con más potencia podremos luchar sin claudicar, mientras todo lo que hagamos sea en devoción a la vida de los animales, jamás nos cansaremos. El activismo es un camino que no se elige, y se vive con gozo y asombro. Que nuestra venganza sea la irreverente alegría.
Para explicar, la necesidad de liberarnos a nosotros/as mismos, buscando la serenidad en el camino de lucha, planteamos las siguientes analogías. El/la guerrero/a de cualquier arte marcial, cuyos fines sean espirituales: Kung-fu, Tai Chi estilo Yang; Karate, Box-tailandes sabe que tiene que mantener la calma y la serenidad para vencer a su oponente; se enseña en estas disciplinas que cuando te invade la ira, tu mente se oscurece y no te permite actuar sabiamente. De hecho, el Judo, plantea, desde el proverbio asiático: “Vencete y vencerás”, la necesidad de liberarse para liberar. El otro ejemplo, es la errada posición que puede asumir un médico: Cómo puedo estar tan tranquilo si tengo en mis brazos la vida mi paciente ? Es lógico asumir que el/la médico/a necesita la tranquilidad para ejecutar con sabiduría cualquier acción.

Para entender, la animalidad, es preciso que el Movimiento por la Liberación Animal, entienda esta lucha como un camino espiritual (de unión con la totalidad). La liberación animal, empieza por nosotros/as mismos/as; comenzar por emanciparnos de los condicionamientos culturales, de los valores capitalistas, del ego, de todo aquellos que nos acerca más a la deplorable condición humana, alejarnos de todo aquello, que termina, por reproducir aquello que criticamos. La filosofía de los derechos de los animales, principalmente, es eso: entender que somos seres universales que estamos íntimamente conectados/as con todo. Ya plantearon esto los antiguos Yoguis y la psicología perenne. Todos/as somos uno, y uno somos todos. Cada ser en este mundo (planta, animal humano o no humano) es un dios interior; contiene a toda la infinitud del cosmos, del mismo modo que el cosmos lo contiene a él/élla. Entender la eco-dependencia e interdependencia, expandir nuestro circulo de la moralidad no bastará en la medida en la que sigamos comportándonos como “humanos”. Amemos más como los perros, perdonemos más como los cerdos, seamos más felices como las vacas, alumbremos más con nuestra luz interna como el sol, limpiemos y sanemos como el agua y el viento, abracemos maternalmente a nuestros/as hermanos/as de lucha como la luna. Volvámonos a la Tierra. Conectémonos de nuevo con los valores y leyes naturales. Lo que más potencializará y consolidara al movimiento es que cada activista, por el camino que sea, se libere a sí mismo de sus ataduras mentales.




            La lucha no es por nosotros, no es por nuestros caprichos o necesidades personales. Es por todo animal que alguna vez ha sufrido y muerto en un laboratorio de vivisección, y por todos aquellos animales que sufrirán y morirán en las mismas circunstancias a no ser que detengamos este cruel negocio ya. Las almas de los muertos torturados lloran pidiendo justicia, los que están vivos lloran pidiendo libertad. Podemos hacer esa justicia y proporcionarles esa libertad. Los demás animales solo nos tienen a nosotros, no les fallaremos”  Barry, septiembre de 1998.

                                                                                                             Juan José Ponce, ADLA


martes, 3 de noviembre de 2015

¿Qué pasó con el movimiento anti-taurino en el Ecuador?

Se acercan fiestas de Quito y no solo vuelven las borracheras, la violencia, la delincuencia, la alegría y el vaporoso sentimiento patriótico y tradicionalista que durante escasos días se viste de rojo y azul mientras que el resto del año permanece silenciosa y conservadoramente vestido de marrón. Este año, 2015, vuelve además la fiesta “brava”, así es señores, vuelve el colmo de la aberración humana, la manifestación de mayor estupidez, cobardía e inmadurez de nuestra pobre y triste especie.

¿Pero qué pasó? ¿Y la pregunta 8? ¿No que estaba prohibido eso en Quito? ¿No que ya habíamos logrado la abolición? Pues, la respuesta es en absoluto. La tortura y la muerte se siguen imponiendo de forma indiscriminada a los animales no humanos no solo en Quito, sino en todo el país.

Al decir verdad esto es un episodio bastante vergonzoso en la historia del movimiento animalista del Ecuador y de este lado de América, bastante vergonzoso y además doloroso por las implicaciones para los toros y para los demás animales que son víctimas de violencia en este tipo de espectáculos. Para resumir, digamos que la pregunta 8 fue diseñada para, de manera engañosa, excluir de la consulta a un amplio espectro de prácticas de maltrato, tortura  y asesinato animal y de esa manera permitir que se sigan realizando a pesar del resultado de la consulta. “Espectáculo en el que se dé la muerte del animal” no solo excluye todos los espectáculos en los que no se asesine al animal agredido, sino que excluye los espectáculos en los que la muerte del animal es ocasionada indirectamente por el espectáculo, aunque no forme parte de él como el caso del toro que no es asesinado en el ruedo pero que de todas formas muere en los chiqueros después de la corrida.

Después de esto, el colectivo Diabluma continuó los esfuerzos para lograr la abolición total de la masacre de toros en Quito a través de los mecanismos que ofrece el Estado, la constitución y las leyes del Ecuador y haciendo uso de la supuesta democracia directa que el actual régimen puso a disposición del pueblo impulsando la “Iniciativa Legislativa Popular Antitaurina”. La historia ha continuado así, con avances y retrocesos en el proceso, con negligencias y acciones de mala fe por parte de los miembros del concejo metropolitano, y etc.  La pregunta que importa aquí es: si aún no ha ocurrido la abolición de las corridas de toros y de otras formas de violencia especista enmascaradas como arte, cultura, tradición, deporte o entretenimiento ¿qué pasó con el movimiento antitaurino?

Creo que está pregunta tiene que ver mucho con otras dos preguntas importantes: ¿es posible la abolición de una forma de explotación y dominación a través de los medios que, históricamente, han servido para posibilitarla y facilitarla? Y ¿es posible la política desde abajo a través de los medios que ofrece el Estado y a través de las formas de organización de la vida que este impulsa? La primera pregunta intenta demarcar una preocupación en torno a los alcances de ciertos tipos de lucha autoproclamada “abolicionista” mientras que la segunda hace lo mismo respecto a lo que sucede con las apuestas de cambio y transformación de la sociedad que desde ámbitos no institucionales interpelan a la institucionalidad. Se trata primero de una pregunta sobre el carácter del Estado y luego de una pregunta sobre el carácter de los actores “populares”.

El movimiento anti-taurino se caracterizó desde sus inicios en el Ecuador por ser un magnífico aglutinador de diversos sectores que no compartían entre sí mayor cosa aparte de cierta afinidad con el progresismo del actual gobierno ecuatoriano y de otros gobiernos denominados como “gobiernos progresistas latinoamericanos”. Estos regímenes que empezaron a ofrecer cabida y apoyo desde su discursividad y sus dispositivos jurídicos deslumbraron mucho a cierto sector de la clase media que fue seducido por esta estrategia de “bautismo” del gobierno en las aguas de la juventud y el progresismo. De repente, a esta clase media y ciertos sectores populares les pareció que de verdad era posible una verdadera revolución realizada desde el Estado y de manera democrática. Esto fue la causa de la inusitada fuerza y éxito coyunturales del movimiento anti-taurino así como también de su fracaso para lograr completamente la abolición de la tauromafia y para mantener su fuerza y poder de interpelación una vez pasada la coyutura favorable. Un movimiento que encuentra los medios y el argumento para su lucha en un actor externo es fuerte en la medida en que lo es tal actor y en la medida en que tal actor decida no darle la espalda.  En el caso de que tal actor sea el Estado, o peor, el gobierno de turno, o peor aún, una fracción del gobierno de turno, la fuerza con la que se cuenta no es mucha o si lo es resulta endeble ante cualquier giro de las alianzas entre la burguesía y las distintas fracciones del partido oficialista, ante cualquier revés en la legitimidad del régimen o incluso ante simpatías y antipatías particulares. En el caso del movimiento anti-taurino este último problema se dio más adentro que afuera ya que la envidia y los celos entre actores que se disputaban la vocería legítima y así pretendían acumular más legitimidad para su organización terminaron fragmentándolo.

Pero este problema no es ajeno a lo que nos preocupa: la relación entre la “sociedad civil” y el Estado en cuanto a las apuestas de transformación social. La disputa entre actores y las consecuentes envidias y celos se derivan del afán de acumular legitimidad ante alguien, es decir de situarse en una posición de negociación favorable ante un interlocutor poderoso (en este caso el Estado) y poder interpelarlo con suficiente fuerza como para exigirle cosas (es lo que se conoce como oportunismo). El problema es que cuando se quiere interpelar con fuerza a alguien que te está dando el megáfono con el que lo interpelas, bueno, como que es probable que no te tomen demasiado en serio o en el mejor de los casos te digan “si, si, si” a todo y luego te dejen pateado, que es lo que pasó con la lucha por la abolición de las corridas de toros.

Esta lucha por principio no era difícil, me refiero a que el actor más importante, el Estado (desde una política planteada con soporte en la institucionalidad) no tenía ningún interés especial en que se obstruya la abolición de las corridas, de hecho le hubiera resultado indiferente, excepto por el hecho de que fue una buena treta para convocar por el sí a una enorme cantidad de personas y movimientos organizados que estaban esperando una coyuntura favorable para posicionar de mejor forma su reivindicación. Esto es totalmente diferente a lo que sucedió con el Yasuní, por ejemplo, para lo que sí pesaba un gran interés por parte del Estado y era de tipo contrario al de la gran masa de personas y movimientos que conformaban los “ecologistas infantiles” en palabras del mandatario. Entonces ¿qué pasó? Si era tan fácil ¿por qué no se completó la abolición? Pues, porque el proceso desde un inicio estuvo diseñado como un distractor y un gancho, una forma de promocionar no solo el sí a las demás preguntas de la consulta sino a todo el aparato de Estado como un medio válido para el ejercicio de la política desde las bases, la llamada “democracia directa” de la revolución ciudadana.


De tal suerte que el movimiento anti-taurino, básicamente, no logró la abolición de las corridas de toros pero sí termino haciendo propaganda a favor del gobierno, a favor de su paradigma de organización de la sociedad a través de la ciudadanización, la llamada “revolución ciudadana” (disciplinamiento de la sociedad civil para lograr desarticular su organización y obligarla a recurrir a la institucionalidad del Estado, debilitándose por un lado y por otro fortaleciendo la capacidad de control de Estado sobre la población). Además, el movimiento anti-taurino hoy en día se encuentra muy disminuido debido a que, al no lograr su objetivo principal después de años de lucha y al haber erosionado tanto su cohesión debido a la competencia entre sus distintos actores ocasionada por el oportunismo (que, de nuevo, también es producto de este modelo de lucha institucionalista y domesticada) se quedó sin medios y sin argumento para convocar a los antiguos sectores “amplios” que lo engrosaban y de los cuales si bien no procedía su fuerza. al menos, sí eran la razón del interés y apoyo que el Estado le ofrecía a las reivindicaciones anti-taurinas.

En ese punto radica el aprendizaje que debemos obtener de esta triste y dolorosa experiencia: que no podemos despotricar contra algo si hablamos con megáfono prestado a no ser que queramos correr el riesgo de que nos lo quiten sin que hayamos acabado de decir lo que teníamos que decir. No quiero que se me mal entienda, no digo que se debe ignorar el papel de las instituciones y del Estado para la materialización de un sueño, lo que digo es que hay que tener claro que ese papel no ubica a esos actores en ningún caso de nuestro lado, sino todo lo contrario y que para obligarlos a actuar en nuestro favor es necesario que los conminemos con todo el poder de nuestra propia voz y nuestros propios argumentos. Las instituciones viabilizan lo que nosotros/as exigimos porque la fuerza con que lo hacemos no les deja opción, pero si desde el principio tales instituciones y formas políticas son el medio, el argumento y la fuente de la fuerza de nuestra lucha, estamos condenados al fracaso.

Hoy le queda al movimiento anti-taurino levantarse de las cenizas de la derrota y de la vergüenza de haber confiado y crecido no solo cogido de la mano de uno de los gobiernos más especistas y además totalitarios que ha tenido este país, sino también de haber corrido la mayor parte de su historia subido en los hombros de tal gobierno y de haber podido ver a través de sus ojos, y sin embargo no haber logrado la abolición de la tauromafia. Nos queda poco tiempo y las tareas son enormes: volver a construir y posicionar un argumento frente a la población (el actor o conglomerado de actores al que siempre debimos haber interpelado en lugar del gobierno de turno) y encontrar nuevos medios para llevar a cabo tal interpelación pues los ya utilizados no solo que resultaron ineficientes, sino que son inútiles frente al nuevo actor al que debemos acudir. Calar en las masas para agitarlas y movilizarlas de nuevo es la consigna, no sé si nuestro movimiento sea capaz de llevar a cabo semejante tarea pero si no lo intentamos con todas nuestras fuerzas la sangre de los toros asesinados en la plaza Belmonte también estará en nuestras manos. Llego la hora de llenar los aires con el grito “No nos moverán / hasta su libertad / por su vida y dignidad / aquí hemos de quedar”.


Eco-defensa, liberación animal y revolución social !!!

                                          Activistas por la Defensa y Liberación Animal - ADLA

Manifiesto por la abolición total de la tauromafia en el Ecuador

Manifiesto por la abolición total de la tauromafia y de toda red de lucro a base de la esclavitud, tortura y asesinato de animales en todo el ecuador

La acción de esclavizar o de torturar a alguien hasta la muerte devela que la posibilidad de semejantes actos existe en nuestro horizonte de sentido. No importa si se trata de un gallo o de un toro, o de un niño o de un indígena. La violencia es siempre igual pero es incluso mayor cuando se infringe sobre alguien que no está en capacidad de defenderse.

El colectivo animalista y abolicionista Activistas por la Defensa y Liberación Animal (ADLA) hace un llamado a todos los humanos que reconocen la urgencia de situarse del lado de nuestros hermanos esclavizados y torturados, los toros, para ejercitar la resistencia activa y decidida; y la acción directa contra la tauromafia. La abolición de la tortura y el indigno asesinato de toros que representa la tauromafia no es una realidad todavía, debido a que el movimiento fue engañado por diferentes actores procedentes de diversos orígenes pero con una característica común: eran autoridades que no tenían interés real en la abolición. El movimiento anti-taurino equivocó el camino de la lucha al concentrarse únicamente en la gestión por medio de canales institucionales y al no priorizar la construcción de una verdadera organicidad interna y fortalecimiento de la base popular que da fuerza al movimiento. La abolición no es un acontecimiento puntual sino un largo camino cuyo mayor trecho se construye en las mentes y en los sentires de las personas comunes y corrientes que conforman nuestra sociedad. Una ley, un decreto, una ordenanza o una consulta no pueden lograr lo que la lucha sostenida y desde las bases puede. Las revoluciones no se dan por decreto ni desde la autoridad.

Los animales no son nuestra propiedad ni tampoco son medios para realizar nuestros fines, de hecho, de esta creencia violenta se derivan la mayoría de los problemas que ocasionan sufrimiento al ser humano porque, aunque no lo queramos aceptar, los humanos también somos animales y quien es capaz de instrumentalizar y utilizar de manera egoísta y violenta a un animal no humano es portador de la capacidad de violentar a un animal humano también. Es la actitud humanista y antropocéntrica la que ha llevado a nuestras civilizaciones a la ruina y la decadencia poniendo nuestra especie al borde de la extinción y, junto con ella, al resto del mundo ocasionando una extinción masiva de especies animales y vegetales, y provocando un terrible colapso ambiental.

La defensa y la emancipación de todos los animales, humanos y no humanos, nos exige de manera urgente que llevemos a cabo acciones contundentes y poderosas de resistencia para evitar que el horror de la tauromafia vuelva a ganar terreno y poco a poco nos quite los escasos logros que nuestro movimiento, por la total abolición de las corridas de toros, ha logrado.  Hacemos un llamado a la reflexión, a la crítica, al debate y a la organización y las alianzas, pero sobre todo hacemos un fuerte llamado a la acción, a la desobediencia civil, a la acción directa, a las medidas de hecho y a la movilización por la abolición. Nuestros hermanos no humanos, los toros, necesita urgentemente de nosotros, si no acudimos en su defensa y en la defensa de lo que hemos construido por nuestra propia emancipación, también ellos serán torturados y asesinados. Además, nosotros/as nos encontraremos más cerca de la dimensión civilizada y egoísta de nuestro ser, esa dimensión de la cual es urgente que nos alejemos para reconciliarnos con nuestra animalidad y poder ser libres de toda forma de dominación inherente a la civilización asesina que hemos creado en base al miedo y el odio.

Ecodefensa, liberación animal y revolución social!!!!!

Por la abolición de toda forma de opresión sobre cualquier animal,
Liberación animal y veganismo popular!!!!

Desde quitu para todos los hermanos humanos y no humanos del Ecuador y América Latina


                                                                      Activistas por la Defensa y Liberación Animal (ADLA)